La declaración de testigos en un proceso penal es una de las pruebas más determinantes en un procedimiento judicial. El testimonio de una persona que ha presenciado los hechos o tiene conocimiento directo de ellos puede influir decisivamente en la resolución del proceso judicial. Además, el testimonio puede servir para reforzar o contradecir otras pruebas del caso, como informes periciales, documentos o declaraciones de los acusados. En este artículo te explicamos todo lo que necesitas saber si has sido citado como testigo en un juicio penal.
Un testigo en un juicio penal es una persona que declara ante el órgano judicial sobre hechos que ha presenciado o que conoce por su relación directa con el caso. Su testimonio es un medio de prueba utilizado en el marco de la administración de justicia.
El testigo no necesita tener conocimientos jurídicos ni intervenir en el resto del juicio: su papel es exclusivamente narrar los hechos que conoce de forma objetiva y veraz.
Recibir una citación judicial como testigo significa que estás obligado a comparecer ante los juzgados y tribunales y declarar como testigo sobre lo que sabes del caso. No acudir sin justificación puede suponer sanciones legales.
La citación puede llegarte por correo certificado, por notificación en mano o a través de la policía judicial. Es importante leerla con atención, ya que en ella se indica la fecha, hora y lugar donde debes presentarte.
Sí. La obligatoriedad de comparecer cuando te citan como testigo está recogida en la Ley de Enjuiciamiento Criminal. La no asistencia injustificada puede llevar a la imposición de multas o incluso a la conducción forzosa por parte de la policía judicial.
También debes tener en cuenta que si mientes intencionadamente durante tu declaración, puedes incurrir en un delito de falso testimonio.
Este delito está tipificado en el artículo 458 del Código Penal y puede ser castigado con penas de prisión, especialmente si el testimonio falso perjudica gravemente al acusado o a otra parte del proceso.
Durante la declaración oral de testigos en juicio penal, el procedimiento suele seguir estos pasos:
También es recomendable hablar con claridad, sin omitir datos relevantes y pidiendo que se repitan las preguntas si no se entienden completamente. En algunos casos, el juez puede ordenar que el testigo permanezca fuera de la sala hasta que le toque declarar, para evitar que escuche otros testimonios.
En algunos casos sí es posible negarse a declarar como testigo, especialmente si existe una relación de parentesco con el acusado. Por ejemplo, cónyuge, padres, hijos o hermanos del acusado pueden acogerse a su derecho a no declarar.
En cualquier otro supuesto, la negativa injustificada puede considerarse delito de desobediencia o acarrear sanciones.
También pueden negarse a declarar los profesionales que estén sujetos al deber de secreto profesional, como abogados, médicos o psicólogos, en relación con información obtenida en el ejercicio de su profesión.
La letrada de la administración o los abogados de las partes pueden solicitar que se incluya el testimonio de ciertos testigos. Esta solicitud se presenta habitualmente una vez presentada la demanda o durante el desarrollo del juicio.
En el juicio ordinario, los tiempos son más amplios y permiten una preparación más extensa de la prueba testifical. En cambio, en procedimientos más rápidos, como los verbales, los plazos son más reducidos.
La parte que propone al testigo debe indicar su identidad y justificar la utilidad de su testimonio para esclarecer los hechos. El juez decidirá si admite o no esa prueba.
Aunque en ambos procedimientos legales los testigos cumplen una función probatoria, existen diferencias importantes entre la declaración en juicio penal y la declaración en juicio civil:
Las diferencias también pueden depender de las comunidades autónomas, que en algunos casos regulan de forma complementaria el procedimiento.
En los juicios penales, debido a la posible gravedad de las penas, los jueces suelen valorar más intensamente la credibilidad del testigo. En los civiles, los jueces pueden dar más peso a los documentos que a los testimonios orales.
Además de las obligaciones, todo testigo cuenta con una serie de derechos procesales:
En casos especialmente delicados, como los delitos sexuales o violencia de género, se pueden aplicar medidas de protección al testigo, como declarar tras una mampara o por videoconferencia para evitar el contacto directo con el acusado.
En los procesos civiles, el artículo 440 de la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC) regula la citación para la vista del juicio verbal. Aunque se trata de un procedimiento más ágil, la presencia de testigos sigue siendo clave para apoyar o rechazar las pretensiones de las partes.
En estos casos, la celeridad del procedimiento obliga a que las partes preparen con antelación la intervención de sus testigos, ya que no habrá una fase intermedia para presentarlos posteriormente.
Ser testigo en una causa penal puede tener implicaciones personales y emocionales. Algunas posibles consecuencias de testificar son:
Ser testigo implica responsabilidad. Puede derivar en nuevas comparecencias, protección judicial en determinados casos, o presiones sociales si se trata de delitos delicados.
En ocasiones, los testigos pueden solicitar apoyo psicológico si su participación en el proceso les genera un alto nivel de estrés o ansiedad. También pueden acceder a asistencia legal si tienen dudas sobre su declaración.
La figura del testigo es clave en la administración de justicia. Conocer tus derechos y deberes como testigo es esencial si recibes una citación para comparecer ante los juzgados y tribunales. Si te citan para declarar como testigo, infórmate bien y actúa con responsabilidad.
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